BIOGRAFÍA - OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV

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   Omraam Mikhël Aïvanhov (Bulgaria, 1900-1986)

     Una vez, cuando tenía apenas siete años, mientras los carboneros trabajaban en el bosque, un amigo de su padre, para ocuparle, le dio a leer el Evangelio de San Juan; se conmovió tanto que al lado de Jesús se sintió un gran pecador, lloró sinceramente por sus faltas y decidió ser bueno, justo y piadoso. Cuando olvidó este arrepentimiento volvió a comportarse como los demás niños. Cuando todavía contaba con siete años, vio su aldea saqueada e incendiada por los griegos. Él se paseaba por los campos cuando vio las tropas armadas acercarse. Su grito fue tan fuerte que avisó a muchos aldeanos del peligro. Todos fueron a esconderse en el río donde pasaron la noche escondidos en el agua. Cuando salieron habían muerto muchos habitantes. Por esta razón su familia abandonó Macedonia para instalarse al borde el Mar Negro, en Varna.
 

      Adolescencia

     Por esta época, en la entrada de la iglesia de la Santísima Trinidad en Varna había un mendigo andrajoso pero muy simpático, con su larga barba enmarañada, y Mikhaël iba a menudo a verle con uno de sus amigos para charlar con él. Después de charlas en varias ocasiones con él, Mikhaël y su amigo decidieron ayudarle, fueron a ver a la directora de un hospicio y la persuadieron de que tomara a su cargo a este mendigo. El anciano fue conducido al hospicio por los dos amigos y le lavaron, afeitaron y recibió una auténtica cama en una habitación de verdad. Dos o tres semanas más tarde se volvieron a encontrar al mendigo en la puerta de la iglesia nuevamente y éste les explicó que era más feliz mendigando que en el hospicio, alimentado, alojado y lavado. Mikhaël nunca olvidaría esta lección. Ayudar externamente a un hombre no basta: uno quiere aquello a lo que está habituado. Sólo si se consigue cambiar internamente a los hombres se pueden cambiar sus condiciones externas.

     También fue por esta época cuando sintió con más fuerza esa inmensa necesidad de misericordia y de protección divinas. Fue por esta época de los dieciséis cuando un acontecimiento marcó verdaderamente su vida, y la primera vez que lo contó fue en 1967 (más de 50 años después) durante un ciclo de conferencias sobre el sol. Había leído un pequeño folleto que trataba sobre ejercicios de respiración, y practicaba entonces durante varias horas consecutivas unas respiraciones rítmicas muy prolongadas. Una mañana de primavera, cuando se encontraba sentado en un parque ubicado en lo alto de la ciudad, empezó la lectura de un libro cuyas descripciones del mundo invisible le llenaron y le propulsaron a una altura tal que sintió, en un momento dado, que había absorbido una gota de fuego celestial. Sintió que era Uno con el universo en la perfección de su belleza. Esto le sumergió en un estado de arrobamiento, de éxtasis y de adoración tal que llegó a perder el sentido.

     En 1917, cuando contaba con diecisiete años de edad tuvo un encuentro determinante con Peter Deunov: filósofo, psicólogo, conferenciante, compositor y clarividente, fundador de la Fraternidad Blanca Universal y que dirigió desde 1901 hasta su muerte en 1944. Peter Deunov había sido excomulgado por los obispos ortodoxos y exiliado lejos de Sofía, la capital de Bulgaria. Vivía desde entonces en una residencia vigilada en Varna donde, desde 1907, se había instalado la familia de Mikhaël. Allí fue donde se encontraron. Mikhaël pronto sintió amor, devoción, admiración y veneración por su Maestro, pues éste veló por él y le protegió durante sus experiencias espirituales. Mikhaël se empezó a dedicar a la contemplación y la oración, yendo a menudo solo a los macizos de Rila o al monte Vitocha. El Maestro Peter le pidió a su discípulo que siguiera sus estudios universitarios.

     En 1919, cuando tenía 19 años, Peter Dounov pudo volver a la capital Sofía y Mikhaël le siguió. Tuvo que trabajar y estudiar al mismo tiempo en la universidad, llegando a conseguir varios diplomas como los de Fisiología, Física, Química, Matemáticas y Pedagogía. De su Maestro más tarde diría: “Somos extremadamente privilegiados en Bulgaria, al tener junto a nosotros a un Maestro de este (alto) valor. Nuestro gozo es inmenso por vivir con un ser tan luminoso, lleno de amor y de bondad, por poder oírle y verle en los más simples detalles de la vida cotidiana. Es una gran ventura tener un Maestro capaz de responder a las preguntas más oscuras sobre la existencia del alma, de los otros mundos y de sus habitantes, capaz de explicar cómo puede el hombre comulgar con las fuerzas de la naturaleza...”
 
      Comienzo de la labor de fundación

     Ya en París, en 1938, Mikhaël daba conferencias públicas que asombraban y que le proporcionaban un numeroso y variado auditorio, pero demasiado disparatado y cambiante como para asegurar una continuidad y estabilidad a la obra que quería realizar. También, muy rápidamente, se agrupan a su alrededor algunos discípulos más metódicos. Estos forman en Sèvres una pequeña comunidad, una especie de escuela, o si se quiere, de monasterio o de ashram, que funciona llevando a la práctica en la vida diaria la enseñanza recibida. Los meses pasan y la propiedad llamada Izgrev (“salida del sol”), acoge en la época de congresos a un público más consciente y mejor preparado. De Izgrev saldrán poco a poco otros grupos, se formaran nuevos centros en Francia y en el extranjero; y los congresos se propagarán por otras regiones. Gracias a los esfuerzos de Mikhaël la Enseñanza del Maestro se propagó en la mayoría de las ciudades de Francia y de Suiza, y a continuación, en todos los países de Europa occidental, de América del Norte y varios países de América Latina, de África y de Extremo Oriente. Otro de los centros de congresos más importantes es el de Bonfin (Frèjus, en Francia) o el de Videlinata (en Vevey, Suiza), donde asusten más de mil personas por conferencia.

     Mikhaël no tenía pretensiones políticas, pero aún así ciertos espiritualistas malévolos intentaron eliminarle. En esa misma época (1947), algunos personajes políticos le acusaron, al ser de nacionalidad búlgara, de desempeñar un trabajo de agente secreto. Con anterioridad a Mikhaël le habían propuesto esta actividad de varias maneras; a las buenas y a las malas, pero él permaneció incorruptible. Sin embargo, sus enemigos decepcionados se unieron para llevarle a los tribunales, donde fue calumniado, denigrado y escarnecido. se le condenó a 4 años de prisión, de los cuales cumplió solo 2 por su comportamiento irreprochable. A pesar de ignorar totalmente sus actividades espirituales, sus vecinos de celda le llamaron su ángel protector. Más tarde, como consecuencia de la revisión del proceso, se produjo su rehabilitación en 1962, siéndoles restituidos su honor y sus derechos anteriores. Sin embargo, continuó siendo apátrida.

     Mikhaël ha podido viajar mucho, llegando a conocer perfectamente todos los países de Europa balcánica y de Europa occidental, diversos países de América, de África, de Oriente Medio, Japón, Taiwan, Hong-Kong, Thailandia y Sri Lanka. Visitó casi la Tierra entera escogiendo sitios privilegiados en la historia espiritual de la humanidad para meditar, como lo son: Karnac (Egipto), Gizeh (Egipto), Stonehenge (Inglaterra), Delfos (Grecia), Patmos (Grecia), Benarés (India), Baalbek, Ajanta, Srinagar, Kyoto y muchos otros.

     En 1959 se fue a vivir un año entero a la India (desde marzo del 59 hasta febrero del 60), donde tuvo la oportunidad de compartir muchas cosas con numerosos Maestros. Cuando regresó a París, los que habían conocido al Maestro Peter Deunov lloraron lágrimas de emoción, ya que Mikhaël era la imagen viviente de su Maestro. Llega también con el nombre de OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV, pues había sido reconocido como Maestro por los Maestros de la India: Maharajj Nimcaroli Babadji, el lama Anagarika Govinda, Nityananda Maharajj y por otros. A principios de 1982 fue a la India nuevamente por tres meses.
 

     A pesar de su vasta cultura Mikhaël no toma a casi ningún autor como apoyo, sin embargo hace alusión a varios textos sagrados, como: la Biblia, los Vedas, los Upanishads, el Libro Tibetano de los Muertos, el Tao Te King, el Zend Avesta, etc.
Más tarde dijo: “He dejado de tomar como ideal incluso a los más grandes Maestros de la humanidad. Ávido, deseoso de algo más, he tomado el sol como modelo. Y quiero ser como él. Os lo digo sinceramente. Pensaréis: ‘¡Pero, es imposible!’. Sí, lo sé perfectamente, por ahora es imposible, pero por lo menos un día resultará posible. Por lo menos algunas partículas del sol se fijarán en alguna parte de mí...” Ciertamente Mikhaël no ha revelado las razones que le han llevado a escoger al sol como Maestro. Algunos discípulos han visto como su cuerpo irradiaba e iluminaba el jardín en el que se encontraban con él en una noche invernal, al atardecer, en diciembre de 1974, cerca de un pueblecito de los Pirineos. Cuando Mikhaël volvió a visitar la India en 1982 se encontró con Madrassi Baba, clarividente y sanador, el cual le llamó “Rishi solar”.
 
 
 
 
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Sección actualizada: 04-10-2017